Enric Juliana: "Lakoff será su perdición"
Es posible que se esté dramatizando en exceso el enfado de la OTAN y del Pentágono por la decisión española de anunciar la retirada de Kosovo, apenas dos semanas antes de la primera visita de Barack Obama a Europa. En la Liga de los Aqueos, frente a las murallas de Troya, esas cosas ya pasaban.
Kosovo no es Iraq, la emergencia en los Balcanes va de baja y una vez concluida la carnicería yugoslava, los frutos sangrantes del despiece ya están repartidos: Eslovenia y Croacia, en la órbita germánica; Albania y Kosovo (la Gran Albania nunca del todo realizada), pista de aterrizaje de Estados Unidos y patio trasero de los italianos; Montenegro, colonia mediterránea de los nuevos millonarios rusos (central del contrabando de tabaco y Arcadia del soberanismo catalán despistado); Serbia, quebrada, orgullosamente derrotada, amarrada para siempre a Rusia y protegida por Francia (como en 1914); Bosnia, troceada, repleta de tumbas, islamizada y auxiliada desde lejos por Turquía; y Macedonia, ahí en medio, excitando el nacionalismo griego… Continuació